PRIMER DÍA DE COLEGIO
Miguel ha dormido regular, su madre le oyó que daba vueltas y murmuraba algo incomprensible. Temprano le llamaron y le ayudaron a vestirse en un día especial: el primero del colegio. De la mano de sus padres y con una mezcla de atracción y desconfianza se encaminan calle arriba hasta la puerta de un gran edificio. Cerca se ve rodeado de niños mayores con sus carteras y caras de sueño y de otros como él que, también de la mano de sus padres, miran con la misma desconfianza.
Acercándose se agarra con más fuerza a la mano de su madre o de su padre y entran hasta que alguien se acerca a recogerles. Les sonríe, le pregunta el nombre y le tiende la mano. Miguel primero se muestra reacio y se esconde tras sus padres hasta que frente a la insistencia de estos termina por ceder y agarrar la mano desconocida. Momento clave en el que pasa de sus papás a alguien desconocido. Tener otra referencia y ver como mamá se aleja, intuir incluso su tristeza y ponerse a llorar o hacer pucheros es todo uno.
El llanto, incluso la rabieta, del primer día de clase es lo normal. Abandonar la rutina de la casa, muy cerca de unas vacaciones en las que había convivido con sus padres las veinticuatro horas del día, para entrar en un espacio desconocido, rodeado de adultos nuevos y niños a los que nunca había visto, es tan difícil como necesario. No hay que ser psicólogo, basta ser padre para entender el temor a la separación.
Algunos centros para evitar la tensión de los primeros días que llena de inquietud a padres e hijos y preocupa al propio colegio hacen una “adaptación pausada”. Los primeros días de colegio para los nuevos alumnos que comienzan su escolaridad, son de horario reducido y además con la presencia de alguno de los padres. Los niños van conociendo a sus compañeros, al profesor y a otros padres y van habituándose al nuevo espacio que compartirán. En dos o tres días el colegio es como la continuidad de la casa y la adaptación más sencilla.
El comienzo del colegio, como la vuelta de las vacaciones, es duro y expectante pero inevitable y los niños, con sus pequeñas quejas se van adaptando. Cuando los padres muestran una inquietud excesiva la preocupación se transmite a los hijos y la adaptación se complica. En estos casos los padres deben valorar en ellos mismos las ansiedades que les afectan y aceptar que sus hijos pueden vivir separados de ellos y comenzar su día de trabajo acordándose del primer día de colegio de sus hijos y de ellos mismos.
2 Comments:
Siempre el "primer día" se muestra como una mezcla de sentimientos. Pero sea para ir al cole, para irse de excursión ó a dormir fuera de casa lo que no debemos los Papás es cargara los hijos con nuestros temores.La adaptación que hacen muchos colegios es fantástica y da resultados.Pero si no tenemos esa opción podemos días antes de que acaben los colegios llevarlos para que vayan conociendo sus patios ,sus aulas, sus espacios... Así en el inicio de conocer a sus amigos y a su profesora no todo es nuevo.
mi hijo dijo el segundo dia de clases de su vida:
-para que, si fui ayer
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