EDUCAR BIEN CON IGNACIO AVELLANOSA

viernes, noviembre 17, 2006

FANTASÍA

La fantasía forma parte del mundo de la infancia como en ninguna otra edad. Los niños hacen, o hacían, de una escoba un caballo que relincha como si fuera de verdad y de una madera una pistola de rayos laser llena de capacidades. Cuando son más mayores, cada vez más, sus juegos forman parte del mundo de las nuevas tecnologías que no es que elimine la fantasía pero sí que exige menos invención.

En cuanto el lenguaje comienza, entre los dos y los cuatro años, la mente se llena de imágenes y palabras que hablan de todo lo que existe y aún de lo que nunca existirá: desde los cuentos tradicionales y desde la televisión o los relatos familiares los niños recrean mundos mágicos que de manera indirecta hablan también del mundo real.

Cuando por la noche una niña pide a su padre que le cuente otra vez la misma historia no es tanto volver a escuchar las mismas palabras, como saber que está acompañada y que el ritual del cuento se repite como la vida comenzará a la mañana siguiente.

La fantasía desarrolla la mente y permite elaborar las ansiedades más frecuentes: el temor a la muerte, el abandono, la envidia…todo lo que aparece en los cuentos tradicionales que siguen siendo necesarios.

Participar padres e hijos de este ritual es favorecer el crecimiento y la tranquilidad de los niños y es también ayudar a los padres a vivir de nuevo algo de su propia infancia.