EDUCAR BIEN CON IGNACIO AVELLANOSA

martes, diciembre 12, 2006

PREGUNTAS

El abuelo está muy enfermo. Vive con su hija y su yerno desde hace varios años y sus nietos comparten con él más tiempo que con sus propios padres. Su hija, la madre de los dos niños está preocupada y triste. Sabe que probablemente al abuelo no le queda mucho tiempo y se siente tanto triste de perderlo como agobiada por la repercusión en los niños.

Ha decidido que no les va a contar nada porque cree que eso les protegerá de sentirse como ella y procura cuando están juntos disimular su tristeza y hacer como si nada hubiera cambiado. Habla, con la familia o con el médico, a medias palabras dándoles a entender que no quiere que los niños conozcan la gravedad.

Un día Luisa, la mayor seis años, la espeta: “mamá cuando se va a morir el abuelo?”. "¿Porqué dices eso?" Es la primera respuesta que puede dar y es su hija la que la dice: “porque te veo triste y sé que estás triste porque el abuelo se va a morir y no quieres que yo también lo esté”. Esa noche duerme mal y en el duermevela es consciente de que su hija sabe más de lo que ellos creen y que tiene que hablar con ella. Al día siguiente así lo hace y en los días posteriores, hasta que el abuelo muere, habla de cómo se encuentra.

Mentir para proteger, para que los niños no sufran, forma parte de la educación normal y se ve como lógica la ocultación de muchas realidades incómodas. Pero si las paredes oyen los niños lo hacen con los oídos y con ese sexto sentido en el que son tan hábiles que perciben no solo lo que se susurra sino lo que ni siquiera se ha dicho con palabras. Los niños se dan cuenta de lo que sucede a su alrededor desde que son muy pequeños y captan además los sentimientos que acompañan a las acciones. Pueden adelantar el vendaval de una bronca familiar para intentar poner paz o para esconderse en su cuarto antes de que la tormenta estalle.

No sirve engañar. A los niños hay que contarles la verdad haciéndolo de manera que además de comprensible, adaptada a su edad, sea lo menos dolorosa posible y especialmente les permita saber que si quieren conocer más basta con preguntarlo.