EDUCAR BIEN CON IGNACIO AVELLANOSA

viernes, enero 05, 2007

MENTIRAS

Decir la verdad está muy bien y es una enseñanza que hay que ir haciendo en el mundo del niño. Todos mentimos, también los niños. Mentimos, los adultos, para evitarnos problemas o para evitarlos a los otros y mienten los niños para no ser castigados. En el caso de los niños existen las mentiras que podemos considerar intrascendentes y otras que tienen características peculiares y que significan algo diferente.

Las mentiras normales: frente a un suspenso el hijo explica que su profe le tiene manía o que ha suspendido a toda la clase o, en el peor de los casos, esconde las notas para que sus padres no se enteren. Es una mentira que intenta evitar el enfado y el consiguiente castigo pero es más que nada una mentira que le salva de su propio malestar. Claro que los niños tienen conciencia de sus actos y claro que se sienten mal consigo mismos cuando han hecho algo que saben que está mal. Intentar encontrar excusas a lo ocurrido es tan natural que no puede considerarse raro. Es la mentira más frecuente y no debe de preocupar a los padres aunque esto no signifique que no se tenga en cuenta. Una mala nota supone algún tipo de reprimenda por mucho que vaya rodeada de explicaciones. El castigo tiene que ver con la falta y no con la mentira.

Un paso más es cuando la mentira complica a otros. Cuando uno de los hermanos ha roto algo y acusa a otro para salir del paso. Esta clase de mentira es más grave y sí debe de ser castigada en sí misma. El proceso de asumir las propias faltas es difícil y requiere tiempo y educación que debe de ser más estricta cuando la mentira no es solo la manera de escapar sino que lleva a complicar a otro en ella. Aquí es muy importante hablar con el mentiroso y hacerle ver el daño del otro.

Las mentiras raras: Algunos niños mienten sin que la mentira tenga como objetivo salvar una situación. Son mentiras porque sí. Con frecuencia mentiras que lo que hacen es recrear una situación falsa pero que le otorga algún privilegio. Presumir de cosas que no tiene, inventar una casa diferente, hablar de unas vacaciones que no han existido. Más allá incluso hacer creer a toda una clase que en su casa ha sucedido un accidente grave o la enfermedad inexistente de su madre. Frente a estas mentiras sí tiene sentido preocuparse porque son significativas de un malestar interno que no acepta la realidad. Hay que intentar saber más de lo que ese niño o niña está viviendo y ayudarle.


1 Comments:

At 1:21 p. m., Anonymous Anónimo said...

Me interesa mucho el tema de las metiras en adolescentes, pues mi hijo de 13 años por segunda ves manifesta, antes e salir para sus clases escolares, sentirse muy enfermo de dolor de estomago y vómito, al parecer con el único fin de no asistir a clases. Se le toma temperatura y aparentemente es normal, al igual que el color de su semblante y el brillo de los ojos. Esta situación me causa mucho enfado y no quiero caer en un juego sin fin. Por lo anterior, ruego a ustedes me sugieran un texto que me ayude a manejar este tipo de situaciones de una forma madura y eficiente, con el fin de lograr los más positivos resultados. Mil Gracias por su colaboración. Atentamente Jorge Arturo Muñoz. correo electronico juridicaflorida@cable.net.co

 

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